La emoción la comparo con la primera vez que fui de misiones y dí la comunión a las personas del pueblo, recordar ese sentimiento, ver mis manos temblar, sin embargo, en mi rostro se miraba una sonrisa enorme.
Las dos primeras fotos no salieron para nada bien.
Y las dos últimas quedaron bien, esto fue al tomar confianza con la cámara.
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